PLAZA MAYOR DE GRAUS

PLAZA MAYOR DE GRAUS

Se trata de una de las plazas porticadas más bellas de Aragón, ya que en ella se reúnen ejemplos arquitectónicos de diversas índoles.

Los arcos de medio punto, los ojivales, y los adintelados, fueron creados para albergar uno de los recursos económicos más importantes de la villa, el comercio, instalándose bajo sus porches los comerciantes que venían a los mercados y a las ferias.

Realizada durante la ampliación urbanística del siglo XVI gracias al aumento demográfico y económico de Graus, está catalogada Bien de Interés Cultural desde 1.975.

A continuación se detallan los edificios de mayor interés:

El Ayuntamiento, creado en la segunda mitad del siglo XVI es un bello edificio consistorial típico del renacimiento aragonés. Durante esa época, las entidades municipales atravesaron una etapa de ostentación económica que trataron de mostrar en las fachadas de sus nuevas sedes. Destaca el ladrillo como material básico de su construcción, con una galería de arcos de medio punto coronada por un alero de madera. En el centro de la fachada aparece el actual escudo de la villa, datado del esplendor de la Ilustración. Su interior, totalmente renovado entre los años 2002 y 2003, es un escaparate de la arquitectura vanguardista de la zona que le ha valido el premio García Mercadal, siendo especialmente destacable el mural alegórico al paso del tiempo, que decora el techo del Salón de Actos. Por su perfección, esta representado en el Pueblo Español de Barcelona como ejemplo del renacimiento de Aragón.

La Casa Barón debe su nombre al Barón de la Conca, que según la leyenda mandó decorar la fachada de su mansión para complacer a su mujer de origen andaluz. Se construyó sobre el antiguo palacio del vicario de San Victorián y fue también palacio del Justicia de la Ribagorza. La ornamentación del siglo XVIII, recogida en todas las caras del edificio, destaca por su llamativo ciclo pictórico, utilizando un sugestivo colorido en tonos vivos. Su función es realzar las imágenes centrales de las alegorías a las ciencias y a las letras que hay en el frente principal que da hacia la plaza Mayor. Jarrones con flores, rostros, franjas y ribetes vegetales ornamentan el resto de la vivienda.

La Casa Heredia, actual sede de la Comarca de La Ribagorza, se erigió en época renacentista, remodelándose y decorándose en estilo neoclásico dos siglos más tarde. Habitada por una próspera familia, fue morada de personajes relacionados con la naturaleza pirenaica, el desarrollo agrícola, así como diplomáticos, y militares. Presenta un prominente alero curvo con elementos influidos por el espíritu de la Ilustración. En las pinturas aparecen reflejadas diversos apartados de la Parábola del Hijo Pródigo, enmarcados entre columnas y representaciones de las estaciones del año. Cenefas vegetales se extienden por la fachada, concentrando la mirada en el reloj de sol.

La Casa Bardaxí (Bardají), cierra uno de los laterales de la plaza. El linaje de los Bardaxí se funde en la historia, no sólo de la Ribagorza, sino también en la de importantes hechos acaecidos en Aragón. Berenguer de Bardaxí, designado como uno de los representantes del Reino de Aragón en el Compromiso de Caspe, o Eusebio Bardaxí y Azara, destacado diplomático que llegó a ser Diputado de las Cortes de Cádiz, embajador en países europeos, y Presidente de Gobierno, son dos de los ejemplos más notorios. El inmueble es el más sobrio de los que componen la plaza, ostentando cierto aire de palacio clásico. Aquí, el relieve implanta el carácter teatralizado de la época neoclásica, adornando, por medio de columnas estriadas y frontones triangulares, el frente de la mansión. El alero, tallado en madera, está bellamente trabajado, y en el interior de la vivienda todavía se conservan amplios salones y una capilla privada.

Pero la más amplia de la plaza Mayor es la Casa Capucho, aunque su decoración menos sugestiva que el resto. Columnas y frontones en colores azulados y grises resaltan sus vanos principales, y una cenefa recorre los óculos existentes en su planta superior. Balcones de forja, con figuras plásticas, y el alero de madera, despuntan en la gran fachada.