HISTORIA

HISTORIA

Trayectoria del Festival de la Ribagorza “Clásicos en la frontera”

Festival de la Ribagorza “Clásicos en la Frontera” es un ciclo de música clásica que surgió en 1997 bajo el impulso y la ilusión de los municipios de El Grado, Graus, Isábena, La Puebla de Castro, Lascuarre y Secastilla, integrándose en el año 2004 el municipio de Capella, en el 2005 el municipio de Benabarre, en el 2013 el de Beranuy, en 2014 Puente de Montañana, en 2016 el municipio de Montanuy y este 2021 el Ayuntamiento de Campo. Todo esto se logró bajo el apoyo del Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca, además de la Comarca de La Ribagorza desde la constitución de la misma.

Proyecto que nació con la pretensión de potenciar el turismo de la Ribagorza y consolidar la rica oferta cultural de la comarca; así como dar a conocer el gran patrimonio que posee la zona mediante la inclusión en el festival de magníficos escenarios monumentales.

La denominación de “Clásicos en la Frontera”, se refiere, por un lado, a que uno de los municipios, El Grado, pertenece a la Comarca vecina del Somontano y, por el otro lado, nuestro territorio corresponde a una realidad geográfica fronteriza entre Aragón y Cataluña, entre Francia y España. Finalmente, mediante el concepto de frontera se pretende también abarcar la naturaleza creativa de las manifestaciones musicales que se incluyan en el festival, las cuales, pretendemos que no comprendan sólo el repertorio clásico tradicional, sino que incluya también nuevas creaciones de época actual.

Aproximadamente, 5.000 personas asisten anualmente a esta cita cultural y musical en los diferentes conciertos ofertados en el Festival de la Ribagorza “Clásicos en la Frontera” programados durante los meses de julio y agosto. Tratándose de un público variado, ha demostrado poseer un gusto por los diferentes conciertos participando de manera fiel en el desarrollo del festival, forjándose así un gran éxito gracias a la aceptación general, tanto de los propios habitantes de la zona como de turistas, creándose una de las actividades culturales con más arraigo de la comarca de la Ribagorza.

Este nivel de aceptación es especialmente relevante teniendo en cuenta que la música clásica no es siempre fácil de entender o apreciar, y en cambio las gentes de nuestra comarca han demostrado mucho a su favor agradeciendo con gran interés lo “culto” de esta manifestación artística. Esto a su vez nos lleva a descubrir y aprender de lo desconocido. Además del importante grado de aceptación de la iniciativa a nivel popular nos parece importante subrayar que la misma ha supuesto un excelente elemento de promoción y difusión de nuestra extraordinaria riqueza monumental y artística.

Durante toda la trayectoria del Festival de la Ribagorza «Clásicos en la Frontera» se ha tratado de configurar una oferta lo suficientemente  importante para que se constituya en sí misma como una atracción para nuestro territorio y constituya un mecanismo substancial de promoción de nuestra comarca e impulsar así el desarrollo turístico de nuestros municipios. Podemos decir que, dicho Festival, ha adquirido una dinámica y personalidad propia que lo diferencia claramente de otros certámenes similares.

Sin duda este evento ayuda a la desestacionalización del territorio, a mejorar la identidad de los lugares donde se celebran los conciertos, y a nivel social ha provocado una identidad cultural, cohesión e intercambio de ideas e inquietudes y un incremento del conocimiento sobre la cultura musical y sobre la zona.

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Retrospectiva del Festival de la Ribagorza “Clásicos en la frontera” (1997-2015)