CATEDRAL DE RODA DE ISÁBENA
La historia de la catedral de Roda viene de lejos. El obispo Sisebuto consagró la iglesia el año 819, pero fue desde que el conde Ramón consiguiese la independencia de la Ribagorza; cuando todo el empeño de la casa condal se encaminó a conseguir una diócesis propia.
Esto se logró el 1 de diciembre del 956, gracias a que el arzobispo de Narbona, la designara sede con obispo propio. Su primer obispo fue Odisendo, quien la consagró a San Vicente el 17 de noviembre de 957.
Tras la destrucción de la primitiva catedral, por parte de Abd-al-Malik, hijo de Almanzor, en el 1006, los ribagorzanos decidieron construir una nueva (corría el año 1017) y encomendaron las obras a un equipo de maestros lombardos. Cuando apenas la obra lombarda comenzaba a hacerse visible, sus constructores se vieron reemplazados por un equipo de maestros navarros que continuaron los trabajos según normas distintas. Sancho el Mayor de Navarra había conquistado el condado y ello provocó que dejase de existir Ribagorza como territorio independiente.
Tras la conquista de Barbastro se trasladó la sede del obispado. A partir de entonces se llamó obispado de Roda-Barbastro.
El espacio interior de la catedral tiene tres naves, sin crucero, y con varios niveles: presbiterio, tribuna capitular, ábsides y cripta. Ésta es el resultado de la unión en 1125 de las tres criptas anteriores, de los siglos X y XI. En el siglo XVII se remodelaron de nuevo. Sujetan las criptas dos hileras de cinco columnas cada una. Planta basilical de tres naves, dividida cada una de ellas en tres tramos, y queda completada por un presbiterio -elevado sobre criptas y zonas colmatadas- y por tres ábsides, de los que el septentrional no conserva más que fundamentos. Los ábsides están decorados exteriormente en estilo lombardo, son de tambor, adornados con lesenas y friso de arquería ciega.
Bajo el presbiterio y ábside correspondientes a la nave central, San Ramón se preocupó de que allí se realizara una cripta con bóveda de cañón apuntado más acorde con las nuevas tendencias artísticas y que vino a sustituir a la que los maestros navarros ejecutaron. San Ramón fue el obispo que consagró la iglesia de San Clemente de Tahüll. El elemento arquitectónico mas llamativo de la catedral se encuentra en las cabeceras de las tres naves que componen la planta del recinto sacro. Bajo ellas se encuentra la cripta construida en el 1125 por San Ramón. En esta cripta a la que se accede por una triple arquería de medio punto, dispuesta por tres naves de tres tramos cada una y sobre la que descansa el altar mayor, está el sarcófago de San Ramón. Una de las escasas piezas de escultura funeraria románica (siglo XII) que ha llegado hasta la actualidad en Aragón. También se pueden contemplar las sandalias, la sábana y túnica funerarias del santo así como algún retrato y otras reliquias del obispo. Fue en la cripta que el santo obispo Ramón mandara realizar en donde sus restos mortales recibieron definitivamente cristiana sepultura, depositados en un hermoso sarcófago, en el que figura el propio San Ramón oficiando de pontifical. Hay pinturas del siglo XIII con un pantocrátor rodeado por los símbolos de los evangelistas: doce personajes que representan los meses del año y un par de escenas bíblicas.
Su interior es actualmente y espacio museístico con piezas de gran valor. La pieza más codiciada, la silla de San Ramón (siglo IX), construida en madera de boj de Toulouse. Una estructura de metacrilato reconstruye las partes que no han podido ser recuperadas y devueltas a este templo, donde también descansan San Valero, patrón de Zaragoza y siete de los quince obispos que pasaron por la casa prioral, situada tras la iglesia y hoy de propiedad privada. La silla es un ejemplar único tallado en madera con motivos de animales fantásticos de inspiración nórdica. Destacan también el órgano, construido en 1653 y que reúne unas extraordinarias condiciones acústicas, que unidas a su valor artístico y patrimonial, la convierten en el marco idóneo para acoger recitales y conciertos de música.
La inmensa torre campanario y un pórtico construidos en el siglo XVIII son la carta de presentación de esta iglesia catedral. En estilo neoclásico fueron construidos en el año 1728.
El pórtico románico (siglo XIII), en la fachada sur, se abre guarnecido por un porche moderno (siglo XVIII) precedido de escalinatas. Consta de una portada de arco de medio punto, dovelada con impostas decoradas continuación de los ábacos de los capiteles; y seis arquivoltas en degradación, abocinadas; de las cuales la más exterior es de puntas de diamantes. Apean a través sendos capiteles en seis columnas en cada lado; tres gruesas, adosadas, y otras tres simuladas; mediante talla de los respectivos sillares. Las hojas de la puerta están decoradas en fina lacería de a seis, de estilo mudéjar, conservando los herrajes originales.
El claustro (siglo XII) capiteles esculpidos, ubicado en el lado norte de la catedral, con el único aljibe que había en la localidad y con los 191 epígrafes lapidarios, fechados entre 1143 y el siglo XV, que se recogen en sus muros y que supone el conjunto de inscripciones lapidarias más rico y numeroso de los que se conservan en Huesca. El claustro comunica el templo y las antiguas dependencias de la enfermería, el refectorio, la Sala Capitular con varias pinturas murales del siglo XIV, el dormitorio y la capilla de San Agustín, que tiene pinturas de comienzos del siglo XII.